Si has notado que tu vulva tiene un aspecto o tacto diferente últimamente (más fina, por ejemplo, o se irrita con más facilidad), puede deberse a la perimenopausia. La disminución de los niveles de estrógeno durante y después de la menopausia se asocia a un adelgazamiento del tejido y a una menor cantidad de fluidos y mucosidad en toda la zona vulvovaginal.
¿Qué es exactamente la vulva?
La vulva hace referencia a todos los órganos sexuales externos de la zona genital, incluidos:
- los labios mayores (los pliegues externos de la piel);
- los labios menores (los pliegues internos de la piel);
- el vestíbulo (en el que se abren la vagina y la uretra);
- las glándulas de Skene (situadas a ambos lados del orificio de la uretra);
- las glándulas de Bartolino (situadas a ambos lados del orificio vaginal);
- el clítoris (situado en la parte superior de los labios menores y cubierto por el capuchón del clítoris);
- el perineo (la zona entre la vagina y el ano).
Problemas asociados a los cambios en la vulva
Cuando el tejido de la zona vulvovaginal empieza a perder humedad y elasticidad, puede llevar a una serie de problemas, como dolor, picor, quemazón, enrojecimiento, erupciones cutáneas y un mayor riesgo de infecciones. El cuerpo también produce menos colágeno después de la menopausia, lo que puede provocar una pérdida de tejido graso en la zona. La incontinencia urinaria, que también es frecuente, puede aumentar el riesgo de estos síntomas.
Es posible que notes que tu clítoris, que por lo usual tiene el aspecto de un bultito pequeño y blando, se ha hecho más pequeño debido a la pérdida de grasa, fluidos y flujo sanguíneo. Como resultado, las mismas caricias, roces y otros tipos de estimulación del clítoris que antes provocaban sensaciones placenteras ahora pueden causar dolor, molestias o hipersensibilidad.
Opciones de tratamiento
Para empezar, hay algunas formas probadas de reducir la irritación general y aumentar la hidratación. Empieza por proteger tu vulva de las pérdidas de orina utilizando productos para la incontinencia, no toallas sanitarias. Muchos expertos recomiendan también evitar las toallitas húmedas, los productos perfumados, los aerosoles y las duchas vaginales. Todo ello puede irritar y dañar la piel más sensible de la vulva.
Otros tratamientos posibles son las cremas hidratantes vaginales de venta libre (evitando los productos perfumados), que pueden ayudar a aliviar la sequedad y el picor, y el estrógeno tópico, que pueden ayudar a flexibilizar y ablandar el tejido vulvovaginal. El estrógeno tópico se prescribe en forma de crema, píldora o anillo que se introduce en la vagina.
Por último, habla con tu proveedor de atención médica sobre las ventajas y los riesgos del tratamiento de reemplazo hormonal (TRH), que puede aliviar la irritación vulvar y vaginal al aumentar los niveles de estrógeno. El TRH también ha demostrado su eficacia en el tratamiento de los bochornos, el insomnio y los trastornos del estado de ánimo de las mujeres menopáusicas.
Revisado por el equipo clínico de Ovia Health