La incontinencia urinaria (pérdida del control de la vejiga) es una experiencia frecuente en los años anteriores y posteriores a la menopausia. Aunque pueda resultar embarazoso hablar de ello, es un tema bien conocido en el mundo de la medicina que no debes dudar en abordar con tus proveedores de atención médica.
Tipos de incontinencia
Existen varios tipos diferentes de incontinencia urinaria, incluyendo:
- Incontinencia de esfuerzo. Suele producirse debido a movimientos físicos (toser, estornudar, reír, hacer ejercicio, levantar objetos) y resulta en pérdidas ocasionales de orina.
- Incontinencia de urgencia. ¿Alguna vez has tenido una necesidad urgente y repentina de orinar y no llegas a tiempo al baño? Esto suele ser un signo de incontinencia de urgencia, que puede estar relacionada con varios problemas subyacentes.
- Incontinencia mixta. Por lo usual se trata de personas que sufren una combinación de incontinencia de esfuerzo e incontinencia de urgencia.
El papel del sexo
Las mujeres son más propensas a desarrollar incontinencia de esfuerzo, el tipo más frecuente, debido a factores como el parto y la menopausia. Las mujeres que han dado a luz tienen alrededor de 1 de cada 3 probabilidades de sufrir incontinencia de esfuerzo, frente a 1 de cada 10 en el caso de las mujeres que nunca han tenido un bebé.
Las hormonas femeninas, en particular el estrógeno, también pueden estar implicadas. El estrógeno ayuda a mantener sano el revestimiento de la vejiga y la uretra, por lo que cuando los niveles de estrógeno empiezan a disminuir durante la perimenopausia, estos tejidos pueden empezar a adelgazarse, haciendo que la incontinencia sea más grave y persistente.
Formas de controlar y tratar la incontinencia
El tratamiento dependerá del tipo exacto de incontinencia urinaria que padezcas y de si existe algún problema subyacente, como prolapso de órganos pélvicos, estreñimiento o infecciones del tracto urinario. (El estreñimiento, por ejemplo, puede afectar a los nervios de la vejiga).
Algunos de los cambios en el estilo de vida que pueden recomendarse incluyen:
- Limitar las bebidas diuréticas como el alcohol, la cafeína, las bebidas carbonatadas y el agua mineral con gas.
- Evitar alimentos que puedan irritar la vejiga, como el chocolate, el chile y los cítricos.
- Hacer ejercicios de suelo pélvico para aprender a contraer los músculos de manera correcta.
- Tomar medidas para reducir el estreñimiento, desde consumir más fibra hasta utilizar ablandadores de heces.
- Llevar un cambio de ropa para evitar la irritación de la piel que puede producir la ropa mojada.
- Utilizar artículos de higiene personal específicos para la incontinencia (no toallas sanitarias), ya que mantienen la piel más seca y protegida.
- Eliminar los peligros de tropiezo y utilizar una luz nocturna para que sea más seguro llegar al baño rápido.
Otros tratamientos que pueden ser apropiados, en función de tu caso, incluyen:
- Técnicas conductuales, como el entrenamiento de la vejiga, las visitas programadas al baño y el control de líquidos.
- Medicamentos, como estrógeno tópico, anticolinérgicos, alfabloqueantes y mirabegrón.
- Estimulación eléctrica, que puede requerir varias sesiones a lo largo de varios meses.
- Dispositivos médicos, como un inserto uretral o un pesario, que evitan las pérdidas de orina.
- Inyecciones de Botox, que pueden ser útiles para la incontinencia de urgencia si han fracasado otros tratamientos.
- Inyecciones de material de relleno, en las que se inyecta un material sintético para mantener cerrada la uretra.
- Estimuladores de los nervios, que actúan sobre los nervios sacros implicados en el control de la vejiga.
- Intervenciones quirúrgicas, como procedimientos con cabestrillo, cirugía de prolapso y suspensión del cuello de la vejiga.
Revisado por el equipo clínico de Ovia Health
Fuentes
«Urinary Incontinence in Women». Australasian Menopause Society. Australasian Menopause Society. May 2020. https://www.menopause.org.au/health-info/fact-sheets/urinary-incontinence-in-women.