Emma Doyle es gestora de cuentas sénior en Ovia Health. Le apasiona desestigmatizar la menopausia en el trabajo y fuera de él. Vive en Rhode Island con su hija adolescente, dos perros y tres gatos.
¿Puedes hablarme un poco de tu experiencia con la menopausia?
Empecé la perimenopausia hace unos dos años con síntomas mínimos. Al momento estoy experimentando todos los síntomas: bochornos, hinchazón, aumento de peso, dolores de cabeza, cambios en mi ciclo. Siento dolores y molestias en las articulaciones, cansancio, cambios de humor, ansiedad y, en general, algunos días me siento fatal.
No te preparan para la menopausia y no hablamos lo suficiente de esta etapa de la vida. Es un momento emotivo porque te haces mayor y te pasan todas estas cosas en el cuerpo.
Me esperaba bochornos y cambios en el ciclo, pero la sensación general que tengo a diario no me la esperaba. Es difícil de describir, porque sabes que no estás enferma, pero te sientes muy apagada. Es como tener el síndrome premenstrual extremo todo el tiempo.
También soy madre soltera de una adolescente de 16 años y creo con firmeza que mis síntomas afectan a mi forma de criarla. Ella está al principio de todo esto, tuvo su ciclo hace unos años, y se está adaptando a las hormonas, a conducir y al estrés de la adolescencia. Así que ambas tenemos cambios de humor por diferentes razones, lo que puede ser un reto.
Así que, en cierto modo, estás viendo el reflejo de ti misma en la experiencia de tu hija.
Sí. Los adolescentes pueden ser emocionales y a veces siento que soy muy reactiva. Si no estuviera pasando por la menopausia, creo que sería más relajada. Criar una adolescente te hace sentir más soledad, y también me estoy preparando para que se vaya del hogar. Voy a tener ese nido vacío y empezar otro capítulo.
La gente me dijo cuando me divorcié que tenía que pensar de verdad en mí misma. Pero hice de mi hija mi enfoque principal toda mi vida. Construí todo a su alrededor y siento que no me perdí nada. Si tuviera que hacerlo todo otra vez, lo haría igual; pero ahora estoy en un punto en el que sé que necesito invertir en mí misma.
¿Cómo estás invirtiendo ahora en ti misma de una forma que quizá antes no lo hacías?
Me inscribí en un gimnasio hace cuatro meses y voy todos los días después del trabajo. ¡Es otra comunidad entera! Estaba muy nerviosa por ir y por si estaría haciendo mal los ejercicios, pero ha sido lo mejor que he podido hacer por mí misma. Me siento mucho mejor. Mis síntomas han mejorado mucho.
Es increíble oír eso. A muchas nos cuesta empezar una rutina de ejercicio o movimiento, aunque creamos que nos hará sentir mejor. ¿Tienes algún consejo para alguien que tenga dificultades para empezar?
Para mí empezó porque comencé a tener dolores, mi cuerpo se sentía diferente y supe que había llegado el momento de hacer un cambio.
Pero estaba muy nerviosa por ir. El primer día que fui, me obsesioné con lo que debía ponerme. Me compré calzado nuevo. Me senté en el estacionamiento fuera del gimnasio durante mucho tiempo. Cuando por fin entré, me limité a hacer los ejercicios con los que me sentía cómoda (la caminadora o la bicicleta). Y luego, mirando a mi alrededor, empecé a darme cuenta de que allí había mucha gente mucho mayor que yo. ¡Me inspiraron! Estaban en tan buena forma, caminando despacio en la caminadora o hablando con amistades, y pensé que si ellos podían yo también. También hago un seguimiento de mi ejercicio, lo que me ayuda a en verdad sentirme motivada.
Voy después del trabajo para desestresarme y liberarme un poco. Me siento muy bien cuando llego a casa y duermo mucho mejor. Una vez que empiezas a sentirte mejor y a ver todos esos aspectos positivos, eso es lo que hace que sigas haciéndolo.
Si no estuviera pasando por esto o sintiendo estos síntomas, quizá no me habría apuntado a un gimnasio ni me habría dado cuenta de lo mucho que me gusta el ejercicio. Si hace un año me dicen que iría al gimnasio casi todos los días les habría dicho que están locos.
Para alguien que ha invertido tanto en su hija, debe sentirse muy bien priorizarte a ti misma.
Ahora le digo a mi hija que ya es hora de que haga algo por mí misma y que pasar por la menopausia fue el empujón que necesitaba para hacer algo por mí misma. Ahora me toca a mí.
¿Cuál crees que es la principal idea errónea de la menopausia?
Que solo es bochornos y cambios de ciclo y también que es parte de la vida. He aprendido que hay cosas que se pueden hacer para aliviar muchos de los síntomas. Pequeños cambios como añadir ejercicio a la rutina diaria y cambiar la dieta. Estos cambios han afectado de manera drástica en cómo me siento la mayoría de los días.
Ojalá más gente entendiera exactamente cómo te sientes cuando estás pasando por esto. Además de envejecer (cosa que a pocos nos gusta), todo tu cuerpo y tus emociones están cambiando. Existe la idea errónea de que la menopausia es solo el cese del periodo, pero es mucho más que eso. Algunos días, los síntomas pueden ser extremos y dificultar las rutinas diarias.
Además de añadir ejercicio a tu rutina diaria, ¿qué otras cosas te han ayudado?
Es muy importante hablar con otras personas sobre cómo te sientes. Millones de mujeres pasan por esto y no debemos callarlo o aceptar que es parte de la vida. Habla con amistades, con tu proveedor de atención médica o con grupos de apoyo. Ayuda hablar con otras personas que saben justo cómo te sientes. Incluso me uní a un grupo de FaceBook llamado Midlife Crisis y me hace reír de todas las cosas por las que estamos pasando y que nunca imaginamos que pasaríamos.
¿Cómo ha influido esta etapa en tu vida laboral?
Trabajar desde casa me ha cambiado la vida y estoy muy agradecida por tener un trabajo que me lo permite. Hay días en los que no me gustaría entrar en una oficina y estoy agradecida de que la empresa para la que trabajo se preocupe de verdad por esta parte de la vida de una mujer. La menopausia afecta a muchos padres de familia que trabajan. En mi caso, soy la única fuente de ingresos de nuestro hogar, por lo que sentirme apoyada y capacitada es de verdad importante.