El estrógeno desempeña muchas funciones en el organismo, como reducir la inflamación y regular los niveles de fluidos. Por eso, cuando los niveles de estrógeno empiezan a disminuir durante la perimenopausia, o los años previos al final de la menstruación, las articulaciones pueden volverse cada vez más rígidas o dolorosas.
Las articulaciones que pueden verse afectadas son:
- rodillas,
- hombros,
- codos,
- manos/muñecas,
- cuello.
Para muchas personas, este dolor articular nuevo o que empeora puede parecer no tener relación al principio, y tu médico puede explorar otros diagnósticos, como fibromialgia u osteoartritis. Sin embargo, hay un aumento en el conocimiento de que el dolor articular en la mediana edad suele estar relacionado con la disminución de estrógeno que se produce antes y después de la menopausia.
Para empeorar las cosas, puede haber síntomas menopáusicos coexistentes, incluidos trastornos del sueño y cambios de humor, que pueden empeorar el dolor articular. Dormir mal y un estado de ánimo bajo o irritable pueden aumentar tu sensibilidad al dolor.
Remedios para el alivio
Habla con tu médico sobre los beneficios y los riesgos del tratamiento de reemplazo hormonal (TRH), que puede aliviar el dolor articular al aumentar los niveles de estrógeno. El TRH también ha demostrado su eficacia en el tratamiento de los bochornos (que interrumpen el sueño), el insomnio y los trastornos del estado de ánimo en las mujeres menopáusicas.
Entre otros posibles tratamientos se encuentran:
- antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno (Advil) y naproxeno (Aleve);
- el fármaco de prescripción gabapentina (Neurontin), que interfiere en la recepción del dolor;
- aplicaciones de hielo/calor (como bolsas de hielo y almohadillas térmicas);
- acupuntura;
- hipnosis.
Aunque pueda sonar contradictorio, la inactividad física también puede contribuir al dolor articular. Por eso se recomienda mantenerse activa con actividades de bajo impacto como natación, pilates y yoga. Es probable que correr sobre superficies duras y otros ejercicios de alto impacto no sean una buena opción si sufres dolores articulares, pero habla con tu médico. Añadir una actividad que mejore la fuerza muscular es una victoria para casi todos los síntomas de la perimenopausia, ¡incluido el dolor articular!
¿Te gusta caminar y bailar? Puede que una rodillera, que proporciona compresión, te ayude a mantener una rodilla dolorida más cómoda durante la actividad. Las técnicas de relajación y atención plena, como la meditación y los ejercicios de respiración, también pueden ayudar a controlar el dolor continuo.
Revisado por el equipo clínico de Ovia Health