Es posible que ya conozcas los increíbles beneficios de la recogida de calostro para tu recién nacido, pero ¿has oído que, en algunos casos, puedes colectar un poco más antes de dar a luz? ¡Así lo tendrás listo para cuando llegue tu pequeñín!
Extracción manual
Aunque no quieras recoger y almacenar el calostro, aprender a extraerlo a mano al final del embarazo es muy valioso. Es mucho más fácil aprender una habilidad cuando estás bien descansada y tienes algo de privacidad que cuando se trata de una necesidad inmediata o urgente justo después de dar a luz.
El cuerpo empieza a producir calostro a partir de las 20 semanas. Algunas personas descubren que pierden pequeñas cantidades o que el sujetador se les queda pegado a los pezones al final del día. Si estás interesada en recoger y guardar el calostro durante el embarazo, los expertos suelen recomendar esperar hasta las 37 semanas. Tu obstetra puede ayudarte a crear un calendario que funcione para ti.
La extracción manual puede requerir cierta práctica para dominarla, y puede que descubras que cada seno necesita un toque o una técnica un poco diferentes. Nos encanta este breve video (en inglés) que muestra algunas formas diferentes de extraer esas preciosas gotas. La mejor forma de guardar el calostro es en jeringas muy pequeñas, de alrededor de 1-3 ml. Puedes etiquetar y congelar las jeringas hasta que estés lista para descongelarlas y utilizarlas.
¿A quién ayuda?
La recogida de calostro puede beneficiar a muchos padres. Las personas que han experimentado un bajo suministro o que tienen factores de riesgo de bajo suministro pueden querer tener calostro extra a mano para evitar la pérdida excesiva de peso del recién nacido o reducir el riesgo de ictericia.
Las personas con diabetes gestacional o que toman betabloqueadores pueden colectar calostro para utilizarlo en caso de bajada o inestabilidad del azúcar en la sangre en lugar de utilizar fórmula.
Los padres de bebés múltiples, bebés con RCIU (restricción del crecimiento intrauterino) y bebés con diferencias genéticas o físicas diagnosticadas también pueden beneficiarse de calostro extra almacenado. Hay varias razones por las que puede resultar útil. Habla con tu proveedor de atención médica o con una profesional de la lactancia sobre los pros y los contras.
Para algunas personas, la extracción manual provoca calambres temporales pero incómodos, por lo que siempre es una buena idea consultar con tu obstetra de antemano para ver si hay alguna actividad que debas evitar que pueda provocar contracciones. De nuevo, por lo general se recomienda esperar hasta las 37 semanas para intentar la extracción manual o la recogida de calostro.
Consejos útiles
El mejor momento para practicar la extracción manual o recoger el calostro es cuando estás relajada y sin apuros. A menudo la gente encuentra que estar cálido y después de la ducha/baño es un gran momento. Unos suaves masajes en los senos pueden ayudar a calentar las cosas mientras empiezas. Una vez al día suele ser suficiente para practicar hasta que le cojas el truco. Puedes considerar extraer más de una vez al día si estás recogiendo y almacenando de forma activa. Ten en cuenta que, al principio, es posible que solo veas un poco de humedad clara o nada en absoluto.
Si vas a recoger calostro querrás:
- Lavarte las manos y tener preparadas cucharas, recipiente/jeringa limpias.
- Extraer durante unos minutos por cada lado recogiendo las gotas (intenta recoger 10 gotas y mide la cantidad para facilitar la recogida en el futuro; por ejemplo, 10-15 gotas podrían equivaler a 1 ml).
- Fechar y guardar el calostro en el congelador.
Ahora que tienes un poco más de información sobre la extracción manual y la recogida de calostro, puedes tomar una decisión informada sobre lo que es más adecuado para ti.