Es normal que después de dar a luz se produzcan diversos sangrados. Se compone de una mezcla de sangre y mucosidad llamada loquios. La mayor parte del sangrado procede de la zona donde la placenta se implantó en la pared del útero. A medida que vaya cicatrizando, notarás un cambio en el sangrado.
Al igual que en el periodo menstrual, los loquios empiezan con un flujo de color rojo oscuro o brillante que va disminuyendo hasta convertirse en un flujo marrón o rosáceo y, más tarde, en un flujo de color blanco o crema. Los primeros días después de dar a luz suelen ser los más abundantes y es posible que aparezcan pequeños coágulos.
Durante el periodo posparto, no debe introducirse nada en la vagina, por lo que tendrá que utilizar compresas o ropa interior para el periodo durante este tiempo. Es normal que tengas sangrados y flujo durante varias semanas después del nacimiento. Debe ir disminuyendo gradualmente hasta que desaparezca.
Si le sale un coágulo del tamaño de la palma de la mano o mayor, o si sangra lo suficiente como para llenar una compresa en una hora, debe llamar a su médico o buscar atención más urgente.